18.6.16

Poema en 2 capítulos


Y cuando la historia
y nuestras historias
que son nuestra vida en la vida
no sean barreras sino puertas,
y cuando el tiempo
y nuestros años
que son del tiempo nuestro tiempo
nos despejen las dudas
y nos despojen de ropas,
tengamos un amor cóncavo.

Abrázate a mí y duerme
que yo descanso en el aire
que sale de tu boca.
Y cuando me distraiga
viajaré a algún sueño
por el simple placer de despertarme
contigo a mi lado.

5.6.16

¿Debate? ¿Qué debate?

Ya está bien con esto de que pregunte quién gana un debate. 
Estamos hablando de un debate político, no de oratoria.
Yo creo que es razonable esperar que en un debate político lo importante sea la política, la ideología, las propuestas de gobierno. Y obviamente para quienes opinen como A ganará A, y para quienes opinen como B, ganará B.
Entonces, sabiendo que la respuesta depende de a quién se le pregunte. ¿Qué sentido tiene preguntarlo?
Por supuesto que en un debate hay oratoria, es obvio; pero ¿hasta qué punto es lo importante? En la historia ha habido, y en el presente hay, grandes casos de oratoria, muy convincentes, al servicio de ideas que me parecen terribles, terroríficas; y no por estar bien contadas me van a gustar más. ¿A usted sí?
Otra cosa es que estemos tomando como premisa de base que los debates no son reales; y que A y B están allí no para defender ideas políticas sino para convencer a la gente de que les vote a cualquier precio, incluso el de mentir y ocultar.
En ese caso, lo que pierde sentido es que se realice el debate. En ese caso se podría entonces discutir quién ha ganado y perdido o, incluso, quién hubiera merecido ganar o perder, como en un partido de fútbol o un concurso de habilidades. Pero entonces ya no estaríamos hablando de política sino distrayendo a la gente, a la que quiera distraerse, con un circo; mientras los problemas siguen atendiéndose en la trastienda.
¿Qué esperamos de los debates? ¿Qué exigimos a quienes debaten y a quienes los organizan? ¿Y a quienes los analizan en los medios de información? También hay algo de responsabilidad en ello que no estaría mal pensarse.