Las personas inmigrantes ya no vienen sólo en olas y avalanchas. Ahora también llegan a chorros. ¡Que sí! que lo escuché esta mañana en Radio Nacional. Una entidad tan pública y prestigiosa no me mentiría, ¿no?...
Yo trabajo por los pobres y desamparados, ergo merezco un sueldazo y vivir, a costa de las entidades que me trasladan, en hoteles cinco estrellas junto a sus chabolas...
Que yo sí estoy libre de cualquier rasgo de discriminación: tengo una hija china y un amigo judío. Ah! y una vez me gritaron "sudaca" por la calle. ¿Quién mejor que yo para decidir cuándo discriminar a la gente por su raza, color o nacionalidad?...
Y tú, ven aquí ya mismo y haz lo que te digo mientras te critico desde el sillón ¡Sálvame! Obedéceme porque yo y sólo yo soy la voz del pueblo, y tú no sabes nada...
Y tú, mujer, calla. No justifiques, no defiendas, no compartas, no matices; que el mundo es blanco y negro. Que nos han pisoteado y ahora nos toca a nosotras... pisotear...
Yo intento escuchar todas las voces que puedo... pero debo reconocer que el batifondo es importante y me canso. Me canso sobre todo que hablen sin escuchar y no hallar a quien refleje mi voz en los grandes y pequeños estrados.
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