Mi horóscopo de hoy en un diario de distribución gratuita
dice: "Debes ser precavido con tus finanzas. Aunque tus ingresos no han
disminuido, corren tiempos de incertidumbre". Y se quedan tan anchos, autor, editor y director
(o sus correspondientes femeninas).
Admito que dejarse aconsejar por un horóscopo de periódico
es, como poco, interesante. Diría que es, incluso, caso de estudio.
Pero, desde el otro lado, sabiendo que hay gente que se deja
guiar por estas palabras ligeras, arriesgarse con semejante afirmación me
parece también insensato o, en el peor de los casos, ruin. Sobre todo en el
contexto actual que apoya y sostiene el miedo a la pobreza.
Este es el tipo de sentencias que reafirma la vigencia de los
principios capitalistas ("cuídate", "primero lo tuyo",
"teme", "acapara").
De todos modos, me temo que de lo único que se puede acusar
al autor o autora de este ejercicio de futurología es de reproducir conceptos
que circulan por el aire, de forma supuestamente aleatoria y casual.
Se trata de una premisa muy importante para que Gobiernos y
poderes económicos, verdaderos creadores de tal afirmación, puedan seguir
adelante con sus planes, es decir con las reducciones de derechos a la
ciudadanía que les permiten sostenerse en su nivel de vida y poder.
Ahora, bien, somos responsables de escuchar y acatar. Me
temo que obedecer a esas premisas hegemónicas implica el mismo nivel de
borreguismo que seguir el horóscopo diario.
Y entiendo, cuando escribo, que mis palabras están al límite
de conducirme a un apaleamiento público, también en manos del
borreguismo-marioneta-del-poder, por bruscas y, quizás, algo altisonantes. Sin
embargo, sigo prefiriendo este lado de la vida que no es el del despilfarro y
la sobredimensión, sino el de la búsqueda de la construcción conjunta y la
solidaridad, claves de superviviencia.
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