Banca ética, comercio justo, energía alternativa, grupos de consumo, consumo local, etc. Las iniciativas son muchas. Provienen de gente que intenta crear alternativas para que el consumo no acabe con las personas.
Muchas veces se define al consumo responsable por esas iniciativas, en foros de divulgación o reflexión.
Yo estuve dándole unas vueltas en la cabeza a la cuestión. Efectivametne entiendo que estas son alternativas que están a disposición de la gente que se plantea que el mercado tradicional atenta contra nuestra calidad de vida presente y futura.
Pero tmabién me parece que el consumo responsable es algo más que eso y empieza por la responsabilidad de las personas. Es decir, lo primero que tenemos que ser es gente responsable.
¿Qué significa para mí ser responsable? Significa no obedecer per se los cánones establecidos.
Tiene que ver con cuestiones más internas pero a la vez universales. Se trata de ver si lo que decidimos tiene consecuencias para nuestra propia persona, para las personas que nos rodea, para nuestras comunidades y para el mundo.
Se trata, como yo lo veo, de preguntarnos si esas consecuencis son buenas o malas e indagar todo lo que podamos para respondernos, porque muchas veces es difícil saberlo.
Pero todavía más allá, creo que la primera responsabilidad no es la de consumir. Antes que consumidoras somos personas y tendremos que plantearnos qué nos parece bien y qué nos parece mal, qué va delante de qué, qué es más importante, qué es urgente y qué va primero.
Después, ahora sí, comprometernos a evaluar nuestras decisiones con esa plantilla creada por cada persona adulta y ver si encajan o no, incluyendo las que tienen que ver con consumir en general y comprar en particular.
Después, alimentar aquellas decisiones que sí encajan, tratar de cambiar o evitar las que no encajan, y promover las que nos parece que están bien.
Estamos hablando de consumo responsable, de ser responsables y consumir. De que no sean otras ideas más que las nuestras las que nos ayuden a decidir qué, cómo y cuándo necesitamos consumir. Creo que así podemos reducir el impacto de los mensajes interesados que nos incitan a la compulsión.
Esto es, claro, un ejercicio permanente, porque por suerte las personas podemos seguir mejorando y aprendiendo siempre. Por eso es bueno mantenerse la alerta para que esto siga creciendo dentro y fuera de nuestras conciencias.
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