Estoy en una fase de "así no". Esto significa: "No sé cómo. Pero sé que así, no".
Yo no sé si es que el mundo no está a mi medida o yo no soy a la medida del mundo. Me siento dispar, agotada, desmedidamente pequeña.
Voy a otro ritmo, mucho más lento, mucho más inocente, mucho más transparente.
¿Tan equivocada estoy por querer jugar limpio y esperar lo mismo del resto de la gente?
No quiero dobleces. Creo que nos distancian y crean costras duras como callos entre las personas.
No puedo hacer las cosas perfectas, contrarreloj y compitiendo con quien es igual a mí. No me interesa ser exitosa mientras el éxito siga midiéndose en réditos económicos. No quiero poder por poder. Quiero poder hacer cosas. No me interesa ser la mejor, y mucho menos ser el mejor. No me atrae ganarle a nadie.
Me gustaría que nos cuidemos y nos tratemos bien. ¿Soy muy infantil? ¿Es infantil eso de querer cuidar y ser cuidada? ¿O es de gente que quiere sentirse bien y hacer sentir bien? ¿Me engaño si me decanto por la segunda opción?
Mi lectura es, sencillamente, que vivimos en un mundo organizado hace mucho tiempo en beneficio de unos pocos y en perjuicio de la mayoría. Y que si para sostenerlo hay que pisar cabezas de mujeres, negros, indios, homosexuales, pobres y débiles, esos pocos están dispuestos a hacerlo. Leo también que somos muchas veces cómplices sin darnos cuenta, por no ponernos a mirar un poquito lo que hacemos.
Eso de pisotear incluye la felicidad y el placer que podría significar el hecho de vivir de otra manera.
Y por eso siento y pienso que este mundo no está pensado para mí. No soy de esos pocos. Me resisto a ser útil a ese juego. Y así me va.
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