Noche clara y silenciosa
de ventana abierta.
Me asomo y veo,
y me miran,
luna casi llena
y tres marías.
Soledad.
Libertad.
Futuro.
Nos vemos las caras.
Luna asiente.
No sonrío.
Escucho.
Silencio más que nada.
Ganas de precipitar el tiempo.
Cuatro puntos cardinales
marcan la equis:
Aquí y ahora.
He de quedarme y ser.
Sobre todo, estar
presente.
La lección nocturna
empieza.
Luna asiente.
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