Seguimos inmersas e inmersos en una cultura de guerra, de héroes y épicas batallas.
La paz sigue siendo algo aburrido que no merece ser contado.
Se considera mojigato, pesada o débil a quien trabaja por la construcción de paz.
Se entiende que ser pacifista es vivir fuera de la realidad.
Si seguimos mirando a las guerras del sur como películas, si seguimos jugando a las guerras en el norte, puede que cualquier día nos encontremos con su cara cruel y verdadera mirándonos de frente.
Sin piedad; porque la guerra no es un fenómeno meteorológico.
Es la realidad que malviven y mueren muchas personas.Y ninguna se lo merece.
La guerra es lo que hacemos las personas con las personas cada día.
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