13.1.13

La última víspera

Greta Frankenfeld nació dos veces. La primera vez, el 19 marzo de 1975, su madre y padre se hicieron cargo de la situación, en Buenos Aires, Argentina.

Cobijada y acompañada, fue dibujando su propia forma humana: mujer, ser social, cuerpo, mente y alma.

Creció en Salta, Comodoro Rivadavia, Tierra del Fuego, Neuquén y la ciudad capital porteña. Durante los primeros años fue descubriendo el optimismo, la política, las posibilidades, los derechos, la sociedad, la justicia y la lucha.

Estudió arte y periodismo convencida de que la comunicación tiene mucho que ver con un futuro mejor. Mientras desarrollaba su profesión a tientas, como casi todo el mundo en busca de un destino, empezó a jugar con las palabras, sus formas y sentidos.

En 2002, Greta Frankenfeld cruzó el charco hacia Bilbao, Euskadi; y allí se instaló con su bagaje y sus esperanzas.

Cuerpo, alma, mente, mujer y ser social siguieron desarrollándose a medida que Greta Frankenfeld incorporaba conocimientos y experiencia en las áreas de comunicación para la paz y la transformación social, la perspectiva de género y el desarrollo en armonía con la Naturaleza. 

Y en Bilbao, en 2012, se produjo por fin el segundo nacimiento. Esta vez, el resultado es su entera responsabilidad y fruto de su esfuerzo, aunque no le faltan el cobijo y la compañía de mucha gente. 

La última víspera” es el primer relato-poesía-ficción publicado por Greta Frankenfeld. Una historia, y muchas historias, de amor y amores, de sensaciones y sentimientos compartidos y solitarios. De una espera que está a punto de acabar.

Y ahora, como siempre, después de nacer toca seguir creciendo.

Portada de La última víspera

Si querés más información sobre cómo obtener un ejemplar de La última víspera, escribime a gretafrankenfeld@yahoo.es.
Para muestra, un botón:

(...)

Ya verás 08.08.09

Te veré llegar con la cara limpia
caminando lento y tímido
te besaré la boca
te quitaré la ropa
botón a botón descubriré tu pecho
para besarlo
beso a beso
seré labios y manos
nada más
nada menos
seré una boca tamaño mujer
unas manos tamaño infinito
para tu piel tamaño justo lo que quiero
vendrá la luna
vendrán las estrellas
verás que bien se siente el anochecer
con toda la noche por delante
me quedaré en tus brazos
me enroscaré en tu alma
me gustará sentirte abrazadísimo
con tu voz y tu dragón
acariciando mi espalda
me faltarán pulmones
para suspirar el gozo de tenerte cerca
y es posible que llore y sonría a la vez.

(...)

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