2.9.17

Me pido

Que el viento de la carretera no me vuele los sueños,
que las luces de la ciudad no deslumbren mi fe,
que la urgencia de los relojes no retrase mis planes importantes,
que el miedo a hablar no amordace mis verdades,
que las alarmas no me impidan escuchar las palabras de mi gente,
que la pantalla del móvil no me oculten los ojos de mi hija,
que las cacerolas y los cepillos no acaparen mi tiempo,
que no olvide que quien más ladra es quien más teme,
que no olvide que quien más manda menos sabe,
que nunca, nunca, nunca, el dinero sea más que las personas,

en mí.

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